Llame a una Puta
Cuando hay hijos dentro de la relación el hombre pasa a segundo o incluso al último plano, es entonces cuando solo queda una salida para el sexo...
Siempre dije que no le montaría los cuernos a mi mujer, y que si eso pasaba sería por falta de comunicación o peor aún, falta de sexo. En cuyo caso le seria infiel con una o unas damas de compañía (la forma más elegante de decir puta) que mejor forma de tener variedad de pareja sexual sin amenazar la estabilidad de mi hogar, y mucho más importante, lo que pudiese pasar con mis hijos luego de una ruptura. Y esto lo sabía mi esposa, lo discutimos en varias oportunidades incluso desde antes que ella quedase embarazada. Hoy en día ya tenemos 3 niños cosa difícil es tratar de mantener una vida sexual activa con 3 angelitos en casa. ¡Hijos!, como se les ama, pero en la mayoría de los casos cuando hay hijos dentro de la relación uno el hombre pasa a segundo o incluso al último plano.
Lo cierto es que no dejo de ser hombre y hasta un simple aviso de cerveza en la vía a casa es una tentación para pensar en sexo, y si tienes amigos solteros hablándote de la aventura de la noche anterior, tanto peor si eres del grupo de casados que estas en el último plano, con algo de suerte recuerdas cuando fue la última vez que tuviste sexo con tu esposa.
Un día termine decidiéndome a dar el paso, llamar a una chica mala con quien desahogarme. Busque en periódicos, portales hasta que termine decidiéndome por la que menos pensé…
Al llamarla contesto:
- Dime cariño…
- Necesito sus servicios para mañana en la tarde ¿estas disponible?
– A lo que de inmediato respondió – - SI – y acto seguido pregunto – ¿Que tienes en mente?
- ¿Qué otra cosa puedo querer que hacerte mía por un par de horas en algún motel? Espero estés desocupada y lista para acudir a donde te cite.
- ¿A dónde me cites? – pregunto y sin titubear agrego – Reserva en el motel X (no pienso hacer publicidad de gratis).
- Ok, me parece bien, llámame a este número cuando estés llegando para decirte en que habitación estoy, te espero a las 2:00 pm.
- Perfecto me parece bien.
- ¿Tus Honorarios?
- Los discutimos personalmente, ¿te parece?
- No del todo, pero necesito a una mujer como tú, así que está bien.
- Nos vemos mañana a las 2 «sin falta»… Te dejo un besito, ponlo bajo tus pantalones y guárdalo allí hasta mañana..
Así finalizo la llamada dejándome a la expectativa y hasta un poco alborotado. ¿A qué hombre no le gusta una mujer pícara y hasta atrevida? en especial cuando eso ya no pasa en casa.
Al colgar el teléfono pensé «Si le voy a montar los cuernos a mi esposa, pues que sea perfecto». Decidí entonces que esa tarde después del trabajo me iría de compras.
Primera vez que entro a una tienda de ropa interior femenina. Por suerte me atendió una chica muy parecida a la que usaría la ropa; finita y chiquita, así que Jamás pensarían que era para mí, «Que complejos machistas los que tenemos con esto». Así tras darme la bienvenida y preguntarme lo que necesitaba le respondí:
– Necesito la ropa más sensual que tengas y haz de cuenta que es para ti, tu cuerpo es muy similar al de la que usara las prendas.
Pase los siguientes 45 minutos seleccionando ropa interior femenina con una extraña y termine llevándome una tanga, un sostén, liguero, medias, y un vestidito chiquitito, y para que describirles cada prenda, basta con decirles que eso solo lo usaría una puta o una mujer que realmente quiera sorprender a su marido, con esta señas «intenta imaginarte las prendas por unos segundos». Y si al parecer me decidí a votar la casa por la ventana para que esto de montarle los cuernos a mi mujer valiese la pena.
La parte más difícil vendría más tarde, llegar a casa y ver cara a cara a mí esposa. Fue extraño verle y pensar lo que pasaría al día siguiente, la cena fue incomoda, apenas cruzamos palabras antes de ir a la cama, fue extraño, pero mejor así, después de haber gastado tanto en prendas femeninas y sentirme tan extraño comprándolas, no podía dar marcha atrás.
En la mañana siguiente sería la típica rutina de cada día, niños, Guardería, colegio, trabajo, la única diferencia era mi ansiedad por lo que pasaría después del mediodía.
La hora de almuerzo y con la excusa de una reunión en la tarde con un cliente no volvería a la oficina, así pues salí rumbo al motel. Al llegar lo primero fue sacar todo de los paquetes y dejarlo a punto sobre el asiento trasero del auto. Luego llene la tina del jácuzzi, quería tener todo listo, si la cosa era por horas no había tiempo que perder.
Por un momento pensé que esa mujer me dejaría erecto y alborotado. Hasta que sonó mi teléfono ¡era ella!
- ¿Estas en el motel? – pregunto –
- Si aquí estoy, en la cabaña 32 con todo listo esperando por ti.
- Esta bien cariño ya voy a entrando en un taxi.
- Cuando entres en el asiento trasero de mi auto hay algo que quiero que te pongas antes de entrar.
- Tú mandas… ¿aún guardas el beso que te deje? Estoy loca por poner mi boca allí.
- Me vuelves loco, no veo la hora en que cruces la puerta.
Ella luego de una risa pícara me dijo: - Te volveré completamente loco en unos minutos.
Así concluyo la llamada y no paso mucho cuando escuche el portón del estacionamiento abrirse. Ahora si estoy nervioso ya no hay marcha atrás. La chica llégo… Imaginarla cambiandose la ropa dentro de mi carro me lleno de morbo. Había planeado cada detalle y me sentía muy bien ejecutandolo… pasados unos minutos sonó la puerta sentí un escalofrío recorriendo mi cuerpo cuando vi a aquella mujer entrar con la ropa que le compre.
El silencio se apoderó de la habitación cuando nos vimos. Ella se veía espectacularmente sensual, aquel mágico silencio se interrumpió cuando ella pregunto.
- ¿Te gusta cómo me luce lo que me compraste?
- Te queda mejor de lo que imagine -respondí-
Ella simplemente sonrió y dijo - Soy toda tuya cariño, ¡úsame! la próxima hora no seré más que tu juguete sexual – Entonces se arrodillo frente a mí, y volvió a hablar – ¿Listo para el beso de Verdad?
Eso mientras quitaba mi correa y bajaba el cierre del pantalón
Yo no podía resistirme a esa actitud totalmente desinhibida, aún más a aquella cara que emanaba picardía y deseo que me puso duro desde el preciso momento que empezó a hablar.
Así, sin más, bajo mi pantalón, saco mi pene y lo acarició delicadamente de la manera más sensual que encontró. Entonces pregunto:
- ¿Condón?
– Tanto planificar y olvide eso. Entonces ella se paro fue a su cartera y me dijo - Yo traje, así que tranquilo 😉
Me fui un poco atrás ya sin pantalones y me senté sobre un sofá. Ella volvió caminando hacia mí con el condón en mano, se arrodillo una vez más frente a mí. Me coloco el condón uno de esos de sabores y procedió a arropar mi pene con su boca. «ufff se nota que te gusta jugar con la boca… «– le dije – a pesar del preservativo ya no se trataba de lo que físicamente sentía, se trataba de la manera en que lo hacía, tan erótica, tan juguetona, esa mirada mientras su lengua apenas rosaba el glande, si hubiese perdido la concentración seguramente habría eyaculado en ese preciso instante.
Pasados unos minutos de dedicación se sacó mi pene de la boca, y dandose pequeños golpecitos con él en su mejilla me pregunto sobre lo que vendría a continuación:
- ¿Te gustaría lamer mi rajita o me monto de una vez sobre ti? Tú mandas.
A este punto ya la lujuria privaba sobre la razón, así que sin mediar palabras me pare del sofá le tome fuertemente y le obligue a besarnos, la tome del pelo y lo jale hacia atrás, así mordí su cuello, casi arranque el vestido y baje a jugar con sus tetas y sin pensar termine recorriendo con mi lengua desde sus senos hasta el coño.
Una vez allí, con aquella vagina frente a mí, era difícil no seguir, con los dedos abrí aquella raja, la encontré húmeda, estaba excitada, mi boca se puso en marcha a jugar con su clítoris… Hasta que no aguante más. Me pare hice que se pusiera de perrita sobre la cama y sin más metí mi pene en su vagina. Pasamos de una posición a otra, mientras el sudor de ambos se iba mezclando así como mi noción del tiempo desaparecía.
Esto era la gloria, si necesitaba aire ella se iba sobre mí y seguía, cuando le notaba cansada seguía yo. Sus gemidos, mi respiración y las cosas sucias que nos decíamos me llevaron al clímax y eyacule como tenía tiempo sin hacerlo. Entonces quede tumbado en la cama justo al lado de esa divina mujer.
Tras unos minutos en silencio, ella se paro de la cama fue a su cartera saco otro preservativo y pregunto:
- ¿Mi contrato es por 1 o 2 horas? – A lo que respondí –
- Cielo si vamos a seguir así me alegro de haberte contratado de por vida.
Yo seguía recostado sobre la cama cuando ella me quito el condón, y acto seguido coloco el otro, entonces volveria a jugar con su boca, aquello no tardó en hacer efecto y mi soldado volvió a ser de plomo, ¡listo para la acción!.
Así seguimos cambiando de poses y dándonos placer sin piedad alguna, hasta que ella se retorció un poco soltó unos gemidos de placer que me volvieron loco y acto seguido se aferró a mí, clavo sus uñas en mi espalda y sus piernas me envolvieron, era obvio, había llegado, se corrió y no me dejaría salir de allí hasta que no terminara ese festival de sensaciones, saber que la hice llegar me satisfizo aún más.
Al terminar me soltó se abrió de brazos y piernas sobre la cama yo me quede allí recostado entre sus hermosos pechos. Así entre suspiros y aun con falta de aire hablamos.
- Amor vamos al jacuzzi, para refrescarnos un poco ¿te parece? – en medio de suspiros respondió –
- Si claro dame un momento, aun me tiemblan las piernas, ahora quédate aquí conmigo.
Así pasamos unos minutos sin hablar solo uno junto al otro acariciándonos. Hasta que rompí aquel silencio con una pregunta.
- Amor ¿y los niños?
- Están con mi mamá.
- Le mencionaste a qué hora irías por ellos.
- No, solo le dije que volvería por ellos tan pronto como me desocupara.
- Esta bien….. Por cierto amor te queda bien el papel de puta, te lo tomaste muy en serio.
- La verdad me sorprendió tu llamada, recorde de insofacto nuestras charlas y solo pensé, o lo hago bien o se va a buscar a una de verdad… pero tengo que reconocer que lo disfrute, me excito mucho.
- A mí me recordó a la mujer picara y fogosa con la que me case…. Pero ahora amor mío, vamos al jacuzzi, démosle uso antes de salir de esta cabaña y volver a ser padres de tiempo completo.
—————– FIN —————–
Por: Luis A.A.
2.014
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Fotos Referenciales de ilustracones Naughty America
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