Bajo el manto de la noche iluminada por la luna llena y una que otra estrella en el basto cielo, aquella mujer vino a mí con apenas una bata y ropa interior de encaje negro, dejándome admirar aquella figura perfecta, esa solo vista en la mujer que hace vibrar cada rincón de tu ser. En silencio y bajo el amparo de la noche, sin mediar palabras un tierno abrazo iniciaría un sin fin de caricias, besos y suspiros que subirían la temperatura a nuestros cuerpos deseosos el uno del otro.
Jugar con su cabello por un momento mientras besaba sus labios me tentaba a halarlo un poco, develar su cuello y llevar mi boca justo hasta el, para besarlo, morderlo y poco a poco sacar de su boca suspiros, que en el tierno lenguaje del amor se traducen en «sigue».
Bajaría de su cuello a sus tiernas colinas donde mi mano se posaba, sintiendo que aquellos pezones crecían y se endurecían paulatinamente pidiendo a gritos la humedad de mis labios, quienes sin pensar mucho se la brindarían, entre dulces besos, ligeros mordiscos y el jugueteo de mi lengua sobre ellos. Llegaba a mí el aroma de su piel tentándome cada vez más a seguir bajando por la llanura de su abdomen hasta la fuente de mis deseos, de su sexo, de nuestra unión.
Así con aquel manjar en frente solo escuche su voz preguntando «¿estoy muy húmeda?» Una sonrisa en mi rostro seria toda su respuesta. Acto seguido se volteo se reclino para apoyarse en una silla, dejo justo en mi cara aquel perfecto trasero y su humedad expuesta. Me excitaría de sobre manera ver en primer plano como sus dedos se introdujeron en su vagina, mientras la escuchaba suspirar, no aguante le saque sus dedos introduciría los míos y mi boca se encargaría del resto… Mordizquear su clítoris, tocarla, lamerla toda.
Desesperada la vi levantarse, en ese instante supe que ella quería el control de la situación así que me acosté sobre el suelo frío, pero a sabiendas que no hay nada que un par de cuerpos desnudos no puedan calentar.
Seria ahora su boca la que se volviera juguetona sobre mi humanidad, en algún momento su pierna paso sobre mi cabeza, no hay que ser un genio para interpretar que quería… más juegos de mi boca en su húmedo coño.
Con sus manos y su boca jugando con mi virilidad, y sus orificios justo ante mis ojos, mi mano izquierda abriría un poco sus labios y mi mano derecha arremetería con 2 dedos uno para cada orificio. Así entraron y salieron por unos segundos mientras jugaba con mi lengua en su clítoris… supe que ella no podía más, cuando su boca paro de chuparme y sus manos de acariciarme, solo estaba con mi pene de mordaza en su boca para que no se escaparan sus gritos de placer.
En algún momento retomo el control de sí misma, y solo escuche repetidamente la frase «te quiero adentro» la vi gatear un poco adelante sin soltar mi pene, se dio la vuelta para poner mi virilidad en su raja e iniciar la danza, arriba… abajo… una y otra vez. Que belleza verla subir y bajar, como si rebotase sobre mí, que hermosa vista, que deliciosa sensación, su coño estrecho, humedo y delicioso se tragaba mi pene.
Cuando la note cansada hice que se recostara en el piso seria hora de que ella se relajara, nos besamos desesperadamente ya solo dejábamos que nuestros cuerpos fuesen uno al ritmo del otro, así me encontré penetrándola a manera de misionero y unos minutos después me levantaría y arrodillado ante ella abriría sus piernas para admirar como se retorcía de placer, mientras arremetía nuevamente.
Abrí los ojos y volví a admirar aquella luna llena incitándome a seguir imaginando posiciones, juegos y demás… No podía ocultar la sonrisa de mi rostro imaginandome con mi novia haciéndonos el amor mientras recorría las carreteras colombianas en una flota acompañado de aquella hermosa luna… Emmmmm si todo lo que leíste antes no fue más que mi imaginación, aunque lo mágico vendría en la mañana al llegar a Bogotá cuando llame a la protagonista de mis fantasías.
- Aló!!!
- Hola amor buenos Días, solo para decirte que te extraño y que llegue bien.
- Cuanto me alegro – de inmediatamente agrego en un tono muy pícaro. – Amor anoche tuve un sueño delicioso contigo…
- a siiiiiii?
- Si divino!!! – Risas – súper hot.
- ¿fue rico?
- muy muy rico — afirmaba mientras reía, entonces le interrumpí diciendole —
- por cierto te quedaba bella la ropa interior de encaje negro en el sueño….
- ¿Y cómo sabes tú que tenía ropa interior negra en el sueño?
- Lo que soñaste anoche lo estaba imaginando yo… Soñando despierto contigo… Aunque ya veo que realmente no soñaba, solo encontré una manera de hacerte el amor mucho más allá de lo físico…
Lo único imaginario en las líneas que acabas de leer es precisamente lo que imagine aquella noche bajo el cielo colombiano viajando en un autobús (flota, ejecutivo) de resto todo fue real y no porque me lo contase alguien, sino porque lo viví en carne propia.
—————– FIN —————–
Por: Luis A.A.
30/03/2015
Fotos Referenciales de las ilustracones Babes
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