El Misionero

Cuando los primeros misioneros llegaron a américa con fin de convertir a los nativos al cristianismo, con horror descubrieron que ellos tenían sexo como animales usando posiciones como la que hoy día conocemos como el perrito. Por tanto trataron de enseñarles la virtud del coito que ellos o la religión llamaba “natural” que consistía en que el Varón fuese arriba, sobre la chica y que el sexo fuese meramente con fines reproductivos, irónicamente fueron entonces los nativos los que dieron nombre a la posición al bautizarla con el nombre de quien les enseño, “El Misionero”.

[quote]Los nativos no asociaban el sexo con la reproducción ya que está según ellos era obra del espíritu totémico.[/quote]

Si bien la religión durante muchos años reconoció esta posición como la única manera de tener sexo para que no fuese considerado pecaminoso. También es cierto que la misma puede llegar a ser aburrida a menos que hagamos algo al respecto…

Podríamos decir que la posición del misionero es casi la primera parada obligatoria en la mayoría de los encuentros sexuales. Cuando inician las caricias, el juego, etc. los cuerpos desplazan muy naturalmente buscando esa posición, la mujer abajo con las piernas entre abiertas mientras el hombre se coloca sobre ella, apoyando los brazos sobre la cama o el suelo (para no dejar caer todo el peso de su cuerpo sobre su amante) quedando así cara a cara brindando facilidad para besos, mordidas, susurros y disfrutar de respiraciones, gemidos y suspiros a todo volumen y en vivo.

Para la mujer:

La posición no le da muchas oportunidades ya que no hay espacio para estimular el clítoris con los dedos o un vibrador aunque dependiendo del gusto de cada chica puede tener un fin diferente. Para muchas el hecho de sentir a su hombre sobre ella piel con piel, su sudor, y el sentirse dominada e indefensa las excita de sobre manera. Mientras que otras solo ven el techo preguntándose ¿y yo qué hago? A este último grupo “amiga déjese llevar por el placer” cierre los ojos, agarre nalgas y disfrute ;).

Para el Hombre:

Para ellos la posición les brinda más ventajas, la primera de ellas el control absoluto de los movimientos, ángulo de penetración fuerza, velocidad entre otras, y si el chico tiene buen estado físico, podrá encontrar en las variantes del misionero un gran aliado.

Sugerencias y variantes:

Como todo en la vida buena parte del disfrute viene de la espontaneidad, el sexo es un baile una danza de dos así que como tal dispónganse a que todo lo que aquí le aconsejemos sea natural, nada rebuscado.

• El hombre en su puesto dominante de la posición debe variar los ángulos de penetración, así como también la fuerza, la velocidad e incluso mover su cadera en forma de círculos y alternarlo con movimientos lineales ó clásicos (adentro y afuera).
• Una almohada bajo la cadera de la mujer (zona lumbar) puede ayudar a que ellas no sientan que se hunden y a ellos a mejorar el ángulo de penetración.
• Jugar con las piernas de la mujer:
  • Llevar ambas piernas a un costado.
  • Colocar una o las dos sobre los hombros.
  • Ella puede enredar sus piernas alrededor de su amante, haciendo presión sobre la espalda o las caderas de él como si fuera una tijera, incluso podría alternar con movimientos de extensión y flexión para ayudarle a entrar y salir 😉
• Ella puede tomar con fuerza los hombros o las nalgas de la pareja, cuidado con no hacer demasiada presión, lo puedes dejar casi sin poderse mover y así ¿Cómo te sigue dando?
• Tratar de apretar el pene con contracciones vaginales (pompoarismo) ambos lo disfrutaran 😉
• Los susurros al oído, gemidos, incluso mordidas (si son de su gusto) son fáciles de hacer en esta pose.

EL misionero tiene sus virtudes así como sus desventajas, aquí lo importante es adornar la posición con besos caricias, apretones, miradas, palabras, o simples ruidos, lo importante es echar mano de todos los recursos disponibles, probando una y otra vez diversas mezclas pero por sobre todo disfrutar de nuestra sexualidad responsablemente.