Neurosis Sexual

La sexualidad va mucho más allá del encuentro intimo en sí mismo, en ella se entrelazan una amplia gamma de sentimiento y emociones que se desarrollan desde la infancia, así cada experiencia marca la historia futura y paulatinamente nos lleva a seleccionar  nuestra pareja sexual, el tipo de unión, el sexo que disfrutamos y el que no, lo que sentimos y nuestro nivel de satisfacción.

La Neurosis en si misma se refiere a trastornos sensoriales y motores causados por enfermedades de sistema nervioso. En psicología clínica se habla de trastornos mentales que distorsionan el pensamiento racional y el funcionamiento a nivel social, por tanto afecta la personalidad, los sentimientos y emociones del individuo, pudiendo alterar también su estructura corporal y funciones, pero si este trastorno se asocia a un problema sexual, hablamos entonces de una “Neurosis Sexual”.

Una vez de adultos, perdemos conciencia de muchas cosas, una de ellas las cicatrices emocionales de la infancia que inconscientemente siguen estando allí e incluso pudiesen dominar nuestra conducta y toma de decisiones, por ello los especialistas en la materia sostienen que los recuerdos son la base de nuestra vida interior.

Ahora bien, que pasa cuando ese proceso evolutivo a nivel emocional del individuo se encuentra deteriorado, bien sea por recuerdos reprimidos, falta de apoyo ó estimulo, represiones de los padres o del entorno, entre otros factores. El resultado en algunos casos deriva en problemas como la “Neurosis Sexual”.

Los síntomas de una neurosis sexual son muy variados y van desde conductas tan simples como la timidez, inquietud, duda, desaliento, el miedo a la desnudez y la tartamudez hasta respuestas fisiológicas como la dificultad para orinar, duda, fatiga física,  la eyaculación precoz, impotencia, frigidez o anorgasmía y la ninfomanía, entre otras conductas sexuales que no son sanas para el individuo. Cabe destacar que especialmente en la mujer, puede desatar múltiples enfermedades en sus órganos genitales, afectado directamente la manera en que vive y disfruta o no de su sexualidad.

Así pues la “neurosis sexual” ó “trastorno neurótico de la sexualidad” se clasificar clínicamente de la siguiente manera:

	El impotente selectivo: Se refiere a la dificultad del acto sexual con una pareja en particular. Algunos casos extremos difundidos por investigadores se habla de pacientes que manifiestan plena satisfacción sexual con cualquier otra mujer que sea su esposa. Las personas que padecen este tipo de impotencia prefieren una compañera que no le inhiba y libera con ella su capacidad sexual, el dolor de su situación y se inhibe de enfrentarse a sus conflictos inconscientes. Cabe destacar que el impotente selectivo puede ser hiperpotente siempre y cuando satisfaga su sexualidad neurótica.
	Impotencia absoluta o total: Son los casos en que siempre ha sido impotente, incluso desde los primeros intentos de comenzar su vida sexual, principalmente vinculado a una iniciación precoz de la sexualidad.
	La impotencia crónica: Hay una incapacidad absoluta para la relación sexual, sin importar la clase de estímulos, la misma se inicio en un punto especifico de la vida del individuo bien sea por factores como la angustia de la edad, situaciones  conyugales o traumáticas, etc,. En otros casos influyen factores físicos producto de enfermedades de riñón o diabetes.
	Eyaculación precoz Quizá una de las más conocidas y no es otra cosa la eyaculación antes o a los pocos instantes de la penetración y aunque suene extraño la sensación orgásmica suele estar ausente. El trastorno en si se define más por la pérdida de control que por el tiempo de la eyaculación. En los casos graves para el individuo resulta torturante  pues lo ve como una barrera para brindar placer a la pareja. Es de señalar que el trastorno se define más por la vivencia de pérdida de control que por la duración del tiempo cronológico. Los efectos de una eyaculación precoz grave son equivalentes a los de la impotencia total.
	Anorgasmia Es un problema más común de lo que se piensa, se estima que afecta entre un 15% y un 30% de la población. Se caracteriza por la incapacidad de lograr el orgasmo pese a que el lívido y la capacidad de disfrutar de la estimulación no se ven afectadas. En resumen la Anorgasmia reduce el sexo a una práctica mecánica é interminable, perdiendo en ocasiones la excitación y pasando a un estado de frustración por esta incapacidad. Esta disfunción es multicausal
	Orgasmo retardado Si bien el sujeto llega al placer la pareja sufre el retardo de un modo semejante a la del anorgástico en ciertos casos el retardar el orgasmo se convierte en una práctica intencional, racionalizada casi siempre por el sujeto. En estas dos formas que se han mencionado se pone en manifiesto el sentido retentivo, controlador y tiránico que tiene en estas personas en su vida sexual.
	Impotencia orgástica A pesar de que todo el proceso sexual está bien, el clímax no es satisfactorio y termina por decepcionar las expectativas del que lo padece. Trata de encubrir el trastorno de la pareja, procurándose una actividad sexual intensa, reiterada, incluso pavoneándose de sus proezas, aunque a sus adentros nunca se satisfaga. Lo más característico de esta neurosis es la insaciabilidad y la ausencia de relajación.
	Inapetencia neurótica: En estos casos no existe disfuncionalidad de ningún tipo, incluso la pareja logra un orgasmo placentero, pero la frecuencia de la actividad sexual es muy baja. En algunos casos clínicos se ha observado sólo dos coitos en doce meses.

Nuestra disposición a la sexualidad es un reflejo de la salud emocional y viceversa, así una persona tímida ante algunos aspectos de su sexualidad lo será en algunos aspectos de su vida, por ende, hablar de sexualidad SANA es en definitiva hablar de sentimientos, en la medida en que seamos capaces de sentir y manifestar nuestros sentimientos también tendremos una vida más satisfactoria y por supuesto también lo será la actividad sexual.

Curar  una “neurosis sexual” ó “trastorno neurótico de la sexualidad” no es sencillo, pero todo parte de conectarse con esos sentimientos básicos reprimidos y desahogarse mediante terapias de liberación, asimismo también es recomendable recurrir a otras disciplinas como la psicoterapia, el yoga o la meditación entre otras… algo tan sencillo como presionar o relajar los músculos tensos puede repercutir en las emociones. De cualquier forma, si padeces alguna de las mencionadas neurosis u otro problema a nivel sexual consulta con un especialista el sabrá guiarte, no tienes porque seguir padeciendo en silencio ;).